Cohen

Y cuando amanezca seré otra vez LuNa y locura, eterna y en la absoluta oscuridad unica.

Es noche de canciones tristes y voz quebrada, desentonada. Música golpeando a la LuNa, abrazando hasta la asfixia mi garganta. Es noche de buscar estrellas filosas, agrandarlas y colgar mi sonrisa de una de ellas, arrancar alguna de sus navajas y cortarme los dedos para no volverme a morder las uñas en la espera, para desangrar su nombre incrustado lastimosamente en mis arterias. Es noche de poner a enfriar mi sangre y esperar con los párpados pesados, ennegrecidos, manchados de luto eterno, esperar a que pase algo, lo que sea que mantenga mi cabeza erguida hasta que amanezca, que el sol se derrame en mis heridas mientras celebro a sorbos amargos el olvido de escasos recuerdos.

Mañana abriré de golpe la mirada y si el tiempo aún llora testigo de mi agonía tomaré su mano, acallaré sus labios a reclamos de lo que hace falta y nunca estuvo, mirará mi espalda y le prometeré no volver a hacerle compañía… me verá estrellar mi frente contra el cielo, lamer mis propias cicatrices y beberme dulcemente la vía Láctea… me verá repetir una vez más, cada noche, mi canción favorita.

Es noche aún y yo sigo sin encontrarme las cosquillas, así que simularé estar dormida y rota, aunque la realidad sea menos complicada y sólo estén rompiéndome mis propios sueños.

suena...